Así como un perro es el mejor amigo de un ser humano, todo el mundo de un perro gira en torno a su persona favorita. Sin embargo, esto no significa necesariamente que nuestros compañeros caninos no puedan formar una amistad fuerte entre ellos con el tiempo.
Después de todo, son animales de carga que alguna vez tuvieron que mantenerse unidos para sobrevivir. Esa emoción permanece hasta el día de hoy, sólo que se manifiesta de otra manera.
La misma manifestación la mostró un dulce perro mayor que no pudo ocultar su emoción al ver a su viejo amigo en la calle después de tanto tiempo.
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Aunque ambos ya eran bastante mayores y, por lo tanto, tenían menos oportunidades para tener una cita para jugar, demostraron que esta emoción de verdadera amistad aún hervía a fuego lento en algún lugar profundo de sus corazones. Cuando Errol, un Basset Hound que fue adoptado cuando era un cachorro, llegó a su nuevo hogar, su familia no podía imaginar cuántos años este perro les brindaría una inmensa alegría.
En el tiempo que pasaron juntos, él y su familia pasaron por muchas cosas, pero Errol siempre fue un cachorro alegre y sonriente.
En el camino, además de desarrollar una obsesión por morder el papel, se hizo conocido por hacer nuevos amigos. Y, de los muchos que conoció, el perro, Romeo, quedó grabado en lo más profundo de su corazón.
Romeo es vecino de Errol, y los dos se conocieron cuando a la madre de Errol se le asignó cuidar a Romeo hasta que sus padres regresaran de su viaje. Desde entonces, Romeo y Errol se han vuelto inseparables.
“Mientras que Errol ama a todos los demás perros, Romeo puede ser un poco quisquilloso, por eso siempre me ha encantado que Romeo decidiera ser amigo de Errol”, dijo Jenna Schwartz, la madre de Errol, a The Dodo.
Después de que crecieron y se convirtieron en perros mayores, ya no se veían con frecuencia. Sin embargo, todavía salían a caminar y jugaban juntos de vez en cuando. Fuente: @jennastubs
Desafortunadamente, después de un tiempo, Errol enfermó y tuvo que ser operado, y su recuperación tomó bastante tiempo. Durante seis semanas, Errol y Romeo no se vieron hasta un día que quedará marcado para siempre en sus corazones.
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Alegría incontenible de la reunión
Después de que Errol finalmente se recuperó, Jenna decidió reemplazar la monotonía de la casa con un paseo al aire libre.
Aunque sabía que esta sería una experiencia placentera para Errol después de tanto tiempo entre cuatro paredes, no podía imaginar el hermoso momento al que derivaría.
Mientras conducía a Errol en su carro por su vecindario, sintió que su perro se excitaba demasiado. Comenzó a moverse y de repente se escuchó un aullido: “¡A-wooo A-wooo!”
Al principio, no entendió de qué se trataba, pero cuando miró un poco más de cerca frente a ella, lo comprendió de inmediato. Su buen viejo amigo, Romeo, venía desde la otra dirección, y Errol no pudo contener su emoción cuando lo vio.
Cuando finalmente se acercaron el uno al otro, ambos estaban tan felices que incluso chocaron sus narices juntas.