En 2012, la vida de Lucho dio un giro dramático cuando se encontró en el Clínico Veterinario Christiaп Heymaп en Quito, Ecuador, capaz de moverse. Sus dueños anteriores creían que Eutapasia era la única opción, pero Christia.map vio algo especial en el joven cachorro: una chispa de motivación y esperanza que lo convenció de lo contrario. Lυcho merecía un nuevo comienzo.
Al llegar al clípico, Lucho se sometió a importantes exámenes de rayos X, revelando que la ruptura de su espiga no fue solo un accidente sino el resultado de un horrible maltrato por parte de su anterior dueño. Es comprensible que este trauma pasado hiciera que Lucho desconfiara de la gente.
Christia compartió con Pet Notes: “Lúcho fue víctima de abuso por parte de su anterior dueño. Estaba bajo cuidado en el consultorio veterinario que mapeé en Ecuador, pero el dueño quería bajarlo. Decidimos no hacerlo y en lugar de eso le dimos una oportunidad con una silla de ruedas de plástico especialmente hecha”.
Con amor ilimitado, Christia tomó plena responsabilidad por Lucho y sus vidas dieron un giro notable.
Lυcho había sufrido daños severos debido a su inmovilidad, pero gracias a la atención y el tratamiento dedicados que recibió, sus tejidos comenzaron a sanar en un mes.
El entusiasmo de Lucho por la vida no tiene límites. Juega, rompe y salta con el mismo entusiasmo que cualquier otro perro, pero no es sólo un perro; Es un ejemplo inspirador de resiliencia.
Su optimismo vacilante ha tocado los corazones de todos los que han tenido el privilegio de conocerlo. Sirve como un rayo de esperanza para aquellos que enfrentan circunstancias desafiantes, enseñándoles cómo cuidar a los animales con una compasión inquebrantable.
Lυcho es una figura querida en muchos países, y sus seguidores siempre dejan de colmarlo de amor y admiración.